Iris Argentina Álvarez fue una lideresa campesina y defensora del territorio hondureña, reconocida por su lucha en favor de la recuperación de tierras para comunidades empobrecidas en el sur de Honduras. Formó parte de la Cooperativa Agropecuaria Cerro Escondido, compuesta por 63 familias, en Marcovia, Choluteca, que estaba involucrada en un proceso de recuperación de tierras desde noviembre de 2019.
Fue asesinada el 2 de abril de 2020, a la edad de 53 años, durante un violento desalojo ilegal llevado a cabo por agentes de seguridad privada de la empresa CRAE’S, contratados por la Empresa Azucarera La Grecia.
Su muerte fue ampliamente condenada por organizaciones de derechos humanos, incluyendo la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras (OACNUDH), que instaron a una investigación pronta y exhaustiva de los hechos. Su caso se convirtió en un símbolo de la violencia estructural y la intimidación que enfrentan los defensores de la tierra en Honduras. El caso sigue activo, pero las organizaciones que litigan el caso (como ACI-Participa) lo mantienen en la categoría de “”en curso”” con una falta de resolución concreta y justicia efectiva. En octubre de 2023, se reportaron cancelaciones de audiencias relacionadas con campesinos de Marcovia, lo que sugiere continuos obstáculos procesales en el contexto del conflicto agrario subyacente.



