Era el hijo de Santos Hipólito Rivas, un líder campesino de la región del Valle del Aguán, en el municipio de Trujillo, departamento de Colón, Honduras. Su padre era fundador de la empresa asociativa campesina “Gregorio Chávez” y participaba activamente en la defensa de los derechos de las comunidades campesinas frente a despojo de tierras, amenazas y vigilancia de grupos armados que operan en la zona.
Fue asesinado junto a su padre el 12 de febrero de 2023, en la comunidad de Ilanga, cuando se desplazaban en motocicleta en Trujillo, Colón. Aunque Javier era menor de edad (15 años al momento de su muerte) y no se perfilaba como dirigente por su propia trayectoria, su vida también estaba ligada al activismo de su familia y al contexto de resistencia campesina que enfrentaban. En lo que respecta al estatus del caso, si bien el homicidio fue denunciado por organizaciones de derechos humanos y organismos internacionales urgieron al Estado de Honduras a realizar investigaciones diligentes, al momento de los informes publicados no se había dado a conocer públicamente una condena firme contra los responsables materiales o intelectuales del crimen.
